Bienvenidos Locos Bajitos

Se me ocurre que vais a llegar distintos. No exactamente más fuertes, ni más elegantes, ni más cautos. Tan solo qué vais a llegar distintos pues vuestra presencia será recordada como la dinastía de los locos bajitos. Seguramente nos habrán sorprendido a nosotros porque quizá vosotros, esos locos bajitos, sabéis como os pensamos y os enumeramos.

Os habéis ganado el derecho de las alabanzas, de las mitificaciones, de los ejemplos, de “erase se una vez un grupo vestido de humildad que tocó el cielo con su profesión”, de las historias que contaremos. Nos habéis entregado el derecho a soñar, a compartir momentos irrepetibles,  a llorar, a confiar en nosotros, a coleccionar cromos con vuestros semblantes.

Defender vuestro fútbol como una trinchera. Defenderla del escándalo, de las etiquetas, de la historia. Defenderla no con nombres sino con hechos y aptitud. De ahí vuestra razón por persistir en vuestras metas.  Seguiréis cambiándonos la cara, seguiréis ofreciendo los buenos días, seguiréis siendo románticos, seguiréis no cambiando, seguiréis haciendo caminos, caminos sobre el mar.

No os olvidéis que vuestros rostros nos miran como pueblo. Sonríe y rabia y canta como pueblo y eso os da una lumbre inapagable. Ahora no tengo duda que vosotros esos locos bajitos sois bienvenidos en el reino de los elegidos. Sé que os vamos a querer sin preguntas.

Carta a Manolo Preciado

Los focos iluminados apuntando a la hierba mojada.  La neblina contempla el desenlace. El silencio se apodera de lo carnal. Los espectros  abrumados  recogen la noticia. El pueblo camina bajo el valle de las sombras hacia a luz de tu espíritu. Manolo Preciado, por los siglos de los siglos, descansa en paz. Tu casta y honradez nos infunden el aliento.

Manolo has dado libremente tu sí al amor del futbol, de las personas y de la cordialidad. Te has convertido en el gimoteo y en la alegría de muchos. Enseñamos  a decir la verdad, aunque nos cueste.

Tú, Manolo, que has tomado cuerpo de ejemplo, vas a visitar con gozosa premura a tus familiares.  A tu saludo,  daremos rienda a tus honores haciendo lo que más deseabas.  Desdibujaremos las malas noticias. Si nuestra fe no se traduce en obras enséñanos como conseguir nuestros retos.

A los entendidos que escuchen sus cinco ascensos.  A los periodistas  que sean más ecuánimes.  A la gente que se intenten superar y a todos que disfruten de cada instante sin fin de la vida eterna.

" La llave de la felicidad es saber transformar las experiencias negativas en positivas" Bill Self.

Carta del socio 1039 a Guardiola

Lamento tu marcha.

No solo por el fútbol del que bebimos,

Sino por el concepto de entender la vida.

Nos gestionamos a base de egos,

Y egoístamente nos equivocamos.

Que razón no te falte cuando es innegable.

Tenemos que hacer de nosotros,

la 2 persona del plural.

Supongo que te veré muy pronto,

Supongo que la vida te irá bien.

Sé que te vas en paz.

Me lo había imaginado,

El silencio habla más que calla.

Me alegra que tengas detractores,

Es imposible ser aceptado por todos,

De no ser así, no te hubiese seguido.

Seguiremos hacia delante,

Seguiremos trabajando,

Seguiremos aceptándonos.

Tu legado es inmenso.

Tu legatario entiende de este oficio.

Y nosotros entendemos,

Que gracias a personas como tú

tiene sentido

ser del equipo 

que soy.

Aún así,

Espero no cruzarme contigo,

En un campo de fútbol.

 Me gusta mis colores.

Carta de Cristiano Ronaldo al Mundo

Me remange la manga,

Y salude a mi adversario.

Sin oro ni plata,

Alcé nuevamente un trofeo.

Acostumbrado al éxito,

Se me hizo extraño,

Aún así contaba con ello.

Desconozco lo bueno que soy.

Porque me he cansado de sumar.

En absoluto me pesan los años,

Y  tienes mi novia en poster creo recordar.

Cada día soy más fiel a mis colores,

Y sino que pregunten por mis goles,

Que en la ciudad condal hay ciertos olores.

Presumo de belleza,

Porque mi club es celestial.

Yo y mi séquito  ya hablamos de decima,

Y tengo la certeza ,

Que muchos más títulos vendrán.

Carta de Mourinho a Guardiola

Estimado compañero,

No soy afín a los teatros ni a las comedias,

Los dos sabemos que  sois muy afines a ellas.

Te entiendo cuando hablas de mi persona.

Pero si que soy presumido,

Déjame que te explique cómo gano.

Yo soy la mitad de la historia de tu club,

Y mi club es el doble de tu historia.

Yo soy un descuido emocional de tus jugadores,

Piensan más en mí que en sus mujeres.

A mí no me subvenciona un estado,

 La única ayuda que tengo,

Son mis pelotas que me pesan demasiado.

Últimamente he perdido la fe en los reyes magos.

Hace tiempo que ya no me regalan nada.

Aún así no me preocupa,

Porque para hablar contigo,

Me tengo que dar la vuelta.

Carta de Guardiola a Mourinho

No me insultes si te pido perdón.

Los dos sabemos que tú eres más guapo,

Más deseado, más astuto y menos presumido.

Los dos sabemos que mi casa no te gusta,

Pero que en mi casa comiste.

Últimamente me preguntan mucho sobre tu porvenir.

Yo me remito a la prensa, los sabios.

Te he enviado a tu casa una caja de especulaciones,

Me la dejaron en mi puerta.

No te deseo lo peor,

Pero espero que no te vaya bien.

No es por ti es por mí.

Vivo de mis victorias y tus derrotas.

A veces me acuerdo mucho de ti,

Sobretodo en las finales,

Te echo de menos.

En boca de todos

Cuando un partido se ve perjudicado por una actuación arbitral el número de decibelios en el espacio aumenta considerablemente. Como consecuencia nos desprendemos de lo racional y dejamos fluir en el interior de cada uno palabras y actitudes malsonantes. Este suceso provoca una alteración de nuestro comportamiento cuyo final varía en función de la persona y sentimiento.

En efecto el resultado final de un partido de fútbol puede verse influido por decisiones arbitrales incorrectas, es decir, por no hacer bien su trabajo.  Fruto de esto los árbitros alegan que aparte de ser humanos todos se equivocan alguna vez.  Preguntar a un cirujano cardiovascular  que pasa si comete un fallo.  O preguntar al conductor de un vehículo porque su coche sigue sin funcionar a la salida de un mecánico. Si vosotros habéis escogido esta profesión  se entiende que sois los mejores o que es lo mejor que sabéis hacer. Aunque no sé si existe la vocación de árbitro.

Una vez elegido esta profesión respeto la decisión.  Eso si en muchas ocasiones no entiendo las formas ni las actuaciones. Pero esto no tendría que suponer nada negativo si la gestión y selección arbitral fuera la correcta. El árbitro tendría que ser penalizado al igual que puede ser los jugadores, entrenadores… Seguramente luego el porcentaje de aciertos será mayor.  Por esto encuentro que los árbitros tendrían que ser penalizado en cuanto al salario. Y como los árbitros cobran en función de los partidos que arbitren pues mejor que descansen (de media un árbitro cobra 3.200 euros por partido). Sino otra opción es darle la oportunidad a colegiados de segunda división pitar partidos de primera y que los afectados bajan a segunda un tiempo determinado.

¿Quién es mejor que quien? ¿Quién determina quienes puedes o quienes no?