lunes, 3 de junio de 2013

Un mallorca sin Amor



En esta noche estrellada de luz y sombra no sé si debo llorar al ver como la nostalgia se acuerda de mí.  En un mar de diapositivas encarnadas, zigzaguean y me cubren la memoria mientras intento farfullar a duras penas mi estado actual.  En memoria a los ángeles que vistieron los colores del Mallorca, en memoria a las imágenes vistas por televisión, en memoria de un pasado mejor, hoy he perdido el amor por el fútbol.  Un fútbol monopolizado por el dinero, la avaricia y la memez,  donde los sentimientos son parte de lo mismo, del vacío institucional que a nadie le importa.

En este tiempo de subsidios emocionales, hipotecas de contrabando, desahucios institucionales, concursos de fantoches, jugadores sin alma y almas compradas sin querer. En este tiempo de crisis aguda, ladrones de guante negro, pagarés caducados, dirigentes sin oficio y oficios fantasmales, doy gracias por ser partícipe de la historia hermosa del Mallorca y que sólo los que se hacen llamar eruditos o farsantes se sientan aludidos por los últimos tiempos, porque esa no es mi historia.

En mi persistencia por encontrar el verdadero amor, aquel que se encontraba antiguamente en los terrenos de fútbol, en las terrazas cálidas después del entrenamiento, en las gradas compartidas, en el jolgorio del Lluis Sitjar miro al futuro incierto, con segundas preocupaciones.


 No necesito discursos emocionales que nadie entiende, estadios de lujo multideporte, jugadores falsificados que no saben defender. Sólo pido amor, sólo eso.  Aquel que se encuentra en las cosas bien hechas de las mentes predispuestas.

viernes, 25 de enero de 2013

Carta de Marca a Florentino Pérez




Yo que nunca me equivoco.

A mí que no me gusta especular.

Yo que creo portadas con cuentos y mitos.

A mí que mentir se me da mal.

Yo que de saberlo haría el bien.

A mí que no me gusta jugar con sentimientos ni sensaciones.

Yo que vivo de la profesionalidad.

A mí que el dinero no me condiciona.

Yo que soy sensacional y no sensacionalista.

 A mí que escribir se me da bien.

Yo que soy Honoris Causa en periodismo.

A mí que los motivos me dan igual.

Yo que defiendo el deporte de los malhechores.

A mí que atemorizan a mis empleados.

Yo que tengo los mejores contactos del mundo.

A mí que me contactan siempre y nunca me miente.

Yo que tiro la pierda y escondo la mano.

A mi que me encantan los secretos y los Iphones.

Yo que soy inocente y orgulloso.

¿A mí me vas a juzgar? Pues yo soy la razón!

martes, 22 de enero de 2013

Carta de Armstrong al mundo entero





Me dope con ingratitud, dinero y codicia.
Me dope con el “amor” de todos vosotros.
Llene portadas con mi sonrisa,
La misma que os abofeteó en la cara.
Coleccione premios y plata,
Sospechas y malas caras.
Me doctoré en mentiras piadosas.
Aprendí a mentir por el bien social.
Contribuí al desarrollo del silencio.
Desacredité a decenas de ciclistas fanfarrones,
A aquellos que pecan contra la ética ciclista.
Me empaché de mirar hacia los lados,
Sin esperar al que caía.
Corrí contra viento y marea,
Contra los míos y los excepcionales, casi ninguno.
Siempre fui profesional,
Nunca defraudé a mi equipo ni a la UCI.
Cultivé mi ego a base títulos y champán francés.
Ponderé los avances de la medicina,
Aquella que salva tantas vidas.