El futbol español goza de muy buena salud y prueba de eso son los últimos títulos conseguidos por las categorías inferiores de la selección española. Si ayer la selección sub19 conseguía levantar la copa de campeones de Europa; hace aproximadamente dos semanas la selección sub21 hacia exactamente lo mismo a cargo de otros jugadores.
El partido de ayer se pudo comprobar cuanta elegancia hay en el futbol español. Como decía el Marqués Del Bosque somos unos románticos en su pura esencia. No solo hablamos de la selección absoluta para referirnos a ese término. Somos un país que ama el balón, lo respeta y lo mima. Da igual de la provincia en que procedan o el puesto que ocupan, todos han aprendido a amar el balón. Gracias a ellos, gracias al afán por superarse, gracias a la fe "nunca muere", gracias a esta mentalidad adquirida en los últimos años el futuro está garantizado. Estos chicos han aprendido a jugar con el balón. Prueba de ello, la constancia por el trato del balón llevó a España a igualar el marcador en dos ocasiones para finalmente llevarse el encuentro. Lamentando mucho me es imposible mencionar a todos los jugadores pues sino este artículo no acabaría nunca. Recuerden estos dos nombres propios: Ignasi Miquel, central del Arsenal y Deulofeu extremo del Barça.
Con las mismas palabras podría hablar de la sub21. Con un fútbol más definido y jugadores en el punto de mira de los principales equipos europeos. Ante todo un nombre propio, Thiago Alcantara, eje central del esquema de la selección. Esta selección de jugadores se enfrentó a rivales de más identidad como Suiza (cuidado con la selección suiza en un futuro) haciendo alarde de sus virtudes. A todo esto hay que sumarle que tanto los máximos goleadores como los MVP del torneo corren a cargo de la selección española
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